La psicoterapia infantil puede abordarse desde diferentes orientaciones de la psicología pero su propósito consiste siempre en generar el bienestar emocional y social del niño. Es una manera de ayudar a los niños que experimentan dificultades con las emociones y problemas de comportamiento.
En el espacio terapéutico aprenden habilidades para resolver estos problemas y se les incentiva a valorar la búsqueda de ayuda para resolver lo que muchas veces obstaculiza su crecimiento. La terapia infantil está dirigida esencialmente a los niños, sin embargo es importante trabajar con su familia para que refuerce y afiance el aprendizaje obtenido en la psicoterapia.
La psicoterapia de la infancia reviste características diferentes a la de los adultos. Si bien en ambos casos se establece un vínculo de asistencia terapéutica, en la niñez particularmente la relación con el terapéuta suele estar mediatizada por la actividad lúdica y las expresiones verbales básicas. El tipo de pensamiento que predomina en esa parte de la vida así lo requiere, debido a que se exteriorizan mejor en el juego y en las representaciones de las imágenes y símbolos que configuran su etapa evolutiva.
Los conflictos emocionales que se suscitan predominantemente en el ámbito familiar y la escuela suelen interferir en el normal desarrollo evolutivo, constituyendo obstáculos infranqueables en edades tempranas de la vida. La psicoterapia infantil puede ayudar a resolver estos conflictos mediante un abordaje terapéutico que posibilite un espacio donde el niño puede establecer una relación de confianza y respeto con el terapeuta para hacer consciente las angustias y sufrimientos que padece en soledad y expresarlas de acuerdo a sus posibilidades de comunicación. El terapeuta infantil está preparado para acompañarlo en ese proceso tratando de interpretar todas las manifestaciones que habitan en su interior.