La depresión es un desorden emocional que va más allá de solamente sentirse triste (lo cual es normal), ya que implica sentimientos de “vacío”, incapacidad de experimentar emociones positivas y afecta negativamente diversos aspectos de nuestra vida cotidiana.

El bullying se da cuando una persona acosa repetida y sostenidamente a otra de una franja etaria similar. Este acoso puede ser de múltiples maneras: psicológica, física, emocional; y por otro lado puede darse desde una persona o un grupo de ellas contra quien sufre esta violencia. El bullying puede tratarse en terapia con profesionales capacitados, a través de un abordaje individual, familiar o grupal; estableciendo esquemas de trabajo para tratar el tema con la institución en la cual se desarrollen estas acciones y prevenir futuras situaciones similares.

La situación de pandemia que nos toca atravesar puede significar diversas situaciones de salud psicológica (no solo física) para cada persona. En este sentido, se recomienda que ante el posible malestar suscitado ya sea por el contexto sanitario que estamos atravesando, por pérdidas de seres querido, conflictos familiares, sociales, comunitarios o económicos, se recomienda consultar con profesionales de la Psicología para comenzar a trabajar en ello.

La soledad es un sentimiento que se auto percibe como negativo y que de acuerdo a las características de la persona y su entorno, podría ser una situación grave y tener un impacto en su salud psicológica. Puede decirse que el ser humano es un ser social, entendiendo por ello que necesita el contacto y la relación con otras personas y por eso culturalmente tiene un impacto tan grande percibirse “solo o sola”. Existen distintos tipos de soledad y serán determinadas por el contexto familiar y social en el cual se encuentra la persona, por su salud mental y por el tiempo de duración del sentimiento.

El duelo es la reacción esperada ante una pérdida y puede influenciar la conducta física, emocional y cognitiva, así como también aspectos espirituales de nuestras vidas. El duelo puede estar relacionado a una serie de eventos de pérdida, como ser la muerte de un ser querido, una separación o divorcio, etc. El impacto y duración variarán según el individuo, muchas personas buscan el acompañamiento de un profesional para sobrellevar la situación y adquirir herramientas para enfrentarla y otras podrían realmente necesitar la ayuda. Será importante saber pedir ayuda a tiempo y la evaluación del profesional sobre la situación de salud de su paciente.

El suicidio es un hecho fatal y una perdida vital irreparable que puede sufrir una persona de forma inesperada.  Por ello la Organización Mundial de la Salud (OMS), lo considera un problema grave de salud pública y creciente a nivel mundial. Si bien es difícil evitar  un suicido, se puede prevenir a través de la observación y evaluación oportuna de la conducta que precede al suicidio propiamente dicho. Existen signos y señales que pueden denotar el proceso  por el cual una persona comienza a vivenciar ideación autolesiva y/o prácticas que ponen en riesgo su vida.  Estas personas necesitan ayuda profesional para superar y aliviar el sufrimiento que  viven en soledad, sin la posibilidad de poder expresar los sentimientos que ahogan el deseo de vivir. La desesperanza, los sentimientos de  culpa, la baja autoestima, el consumo de sustancias psicoactivas descontrolado entre otras circunstancias,   predisponen a una persona a recluirse en su interior iniciando con ello un camino de aislamiento y desapego por el  interés de  sus vínculos  sociales. El grupo familiar cercano, o su círculo de amigos más íntimos, suelen ser los primeros en darse cuenta de que algo cambió en la vida de la persona que experimenta pensamiento o ideación suicida. La consulta puede ser realizada por la misma persona que lo padece, si es que percibe que estos pensamientos se vuelven recurrentes o por sus allegados que despiertan interés por el bienestar de la persona. En todos los casos la consulta con un profesional de salud mental resulta sumamente importante.

Eventos que generan mucho temor o estrés pueden generar un impacto psicológico en la persona que lo experimentó. A su vez, esta situación puede implicar que la persona comience a encontrar dificultades a desarrollarse en su cotidianidad de manera “normal”. La experiencia y respuesta a una situación traumática será distinta para cada persona, dependiendo también de sus redes afectivas y de contención. La respuesta a esto, variará en duración e intensidad pero podría no implicar un efecto a largo plazo.

El estrés a menudo se describe como sentirse sobrecargado, agotado, tenso y preocupado, y ocurre cuando nos enfrentamos a una situación que sentimos que no podemos afrontar. Si bien el estrés generalmente se conoce como una experiencia negativa, no todo el estrés es malo. Un poco de estrés puede ser útil, puede ayudar a motivarnos a terminar una tarea o estimularnos a desempeñarnos bien. Sin embargo, si el estrés continúa o la respuesta al estrés continúa durante un período prolongado, los efectos del estrés pueden tener un impacto negativo en nuestra salud física y mental.

Todos se sienten tristes, de mal humor o deprimidos de vez en cuando. La depresión, sin embargo, es un problema de salud mental grave en el que la tristeza, el estado de ánimo abatido o deprimido, o la sensación de “vacío” se prolongan, que duran semanas, meses y, a veces, años. La depresión no se trata solo de “sentirse mal”. Se presenta con una serie de otros síntomas e interfiere con la vida y las relaciones diarias.

El consumo de drogas es un comportamiento humano común. Muchas personas consumen sustancias legales o ilegales en su vida diaria. El uso de sustancias nocivas puede afectar negativamente el bienestar de las personas, las familias y las comunidades. Es una preocupación creciente internacionalmente, con un debate considerable sobre las respuestas apropiadas. Los psicólogos trabajan con individuos, familias, comunidades y el gobierno para ayudar a prevenir y reducir los daños que el alcohol y otras drogas pueden causar.

El trastorno del espectro autista (TEA) es un trastorno del desarrollo que comienza en la primera infancia y continúa a lo largo de la vida. Los niños con TEA muestran retrasos y diferencias en dos áreas principales de funcionamiento: interactuar y comunicarse socialmente con otros que muestran comportamientos o intereses restringidos, repetitivos o fijos. Algunos niños con TEA muestran muchos de los signos en estas dos áreas de dificultad, mientras que otros muestran solo algunos. A medida que los niños con TEA crecen, los signos pueden cambiar, pero las principales áreas de diferencia siguen siendo las mismas. Por tanto, las necesidades de los niños con TEA varían enormemente; algunos requieren altos niveles de apoyo, cuidado y supervisión de por vida, mientras que otros se convierten en adultos independientes. El TEA afecta a cada niño de manera diferente, pero todos los niños pueden recibir ayuda mediante la intervención adecuada.

El trastorno bipolar (a veces llamado depresión maníaca) se refiere a un grupo de condiciones caracterizadas por ciclos de estado de ánimo extremadamente bajo y alto. Los períodos de bajo estado de ánimo se conocen como “episodios depresivos”. Los períodos de buen humor se conocen como episodios “maníacos” o “hipomaníacos”. Si bien todo el mundo experimenta fluctuaciones en el estado de ánimo, los episodios de estado de ánimo alto y bajo que se experimentan en el trastorno bipolar tienen un impacto significativo en las relaciones, el trabajo o la educación y la vida cotidiana de la persona. El trastorno bipolar puede verse bastante diferente en diferentes personas. Para algunas personas, los episodios pueden durar de tres a seis meses y ocurrir cada pocos años, mientras que otras pueden experimentar episodios más breves pero más frecuentes en el transcurso de un año. Los síntomas suelen comenzar en la edad adulta temprana y para la mayoría de las personas el trastorno es un diagnóstico de por vida; sin embargo, con el tratamiento y el apoyo adecuados, los síntomas del trastorno bipolar pueden controlarse bien y las personas pueden mantener una buena calidad de vida.

La pérdida de memoria puede ser parte del proceso normal de envejecimiento. Si bien algunas disminuciones en la memoria, como el olvido ocasional, pueden ser comunes en la vejez, los cambios notables en la memoria y el pensamiento, así como los cambios en el comportamiento o la personalidad, pueden ser signos tempranos de demencia. La demencia es un término genérico para una serie de trastornos que pueden afectar el cerebro y la forma en que una persona piensa y se comporta. Se cree que ocurre como resultado del daño de las células nerviosas dentro del cerebro. Este daño interrumpe la transferencia de información entre las células cerebrales y, como resultado, el pensamiento y el comportamiento de una persona se ven afectados. Los principales síntomas asociados con la demencia incluyen pérdida de memoria, confusión, dificultades para completar las tareas cotidianas, problemas para expresar el lenguaje, una disminución en la percepción visual y cambios en personalidad. La edad es el factor de riesgo más grande para la demencia, y las personas de 65 años o más tienen mayor riesgo de desarrollar la enfermedad.

La psicosis se caracteriza por  pensamiento y percepciones distorsionadas de la realidad, así como por conductas y emociones perturbadas. El habla incoherente o irrelevante también pueden estar presentes. Síntomas como alucinaciones, escuchar voces o ver cosas que no están allí. Delirios, creencias fijas y falsas, con alto grado de certeza. Trastornos  severos del comportamiento desorganizado, agitación, excitación, inactividad o hiperactividad. También se pueden detectar alteraciones de las emociones con  anomalías marcadas o la desconexión entre la emoción informada y el afecto observado, como la expresión facial y el lenguaje corporal. El tratamiento oportuna de la psicosis puede ayudar a prevenir el estigma,  la discriminación y la violación de sus derechos a vivir con dignidad.

Muchas personas disfrutan de los juegos de azar, ya sea en las tragamonedas, apostando en línea o comprando un boleto de lotería. Sin embargo, para algunas personas, el juego puede dejar de ser una fuente de entretenimiento ocasional y convertirse en un problema grave. El término “problemas con el juego” se utiliza con mayor frecuencia para describir la incapacidad de un individuo para controlar la cantidad de dinero y / o el tiempo dedicado al juego, lo que tiene consecuencias negativas para su vida social, familiar y laboral. La evidencia muestra que las máquinas de juego electrónicas (tragamonedas) son el producto más vinculado a problemas de juego y daño por juego. Las apuestas deportivas online son una preocupación creciente, especialmente entre los hombres jóvenes.

Lo que significa “una buena noche de sueño” para una persona puede ser diferente para otra. Algunas personas pueden necesitar más de 8 horas de sueño para sentirse descansadas, mientras que otras personas pueden necesitar menos. También es normal experimentar alguna variación en el sueño de una noche a otra y que sus patrones de sueño cambian a medida que envejece. Sin embargo, las continuas dificultades para dormir, que lo dejan constantemente cansado, pueden indicar un problema más grave: el insomnio. Los problemas continuos del sueño pueden afectar la salud física, la salud mental y la calidad de vida, por lo que abordar los problemas del sueño es esencial para el bienestar.

La mayoría de las personas experimentan ocasionalmente pensamientos molestos y extraños, o revisan dos veces algo que saben que ya han hecho, como regresar para asegurarse de que la estufa esté apagada o que el automóvil esté cerrado. Sin embargo, las personas con trastorno obsesivo compulsivo (TOC) tienen este tipo de experiencias repetidas veces y con frecuencia, y las encuentran tan frustrantes y molestas, o consumen tanto tiempo que interfieren con la vida cotidiana. El TOC se caracteriza por: pensamientos, imágenes o impulsos recurrentes, persistentes y angustiantes, conocidos como obsesiones y la necesidad de realizar ciertos comportamientos, rituales o actos mentales repetitivos, conocidos como compulsiones. Muchas personas con TOC experimentan obsesiones y compulsiones, mientras que otras solo tienen una u otra. Las obsesiones no son simplemente preocupaciones por las preocupaciones cotidianas, y las compulsiones no son simplemente hábitos. Los síntomas del TOC suelen ser molestos o vergonzosos para el individuo y pueden llevar a evitar situaciones que desencadenan sus pensamientos o comportamientos TOC. Los comportamientos o rituales repetidos generalmente se llevan a cabo para reducir la ansiedad o con la idea de que evitará una situación temida, sin embargo, el alivio temporal que brindan estos comportamientos y la dependencia del individuo en ellos para manejar la ansiedad es en realidad parte del ciclo del TOC. A medida que regresa el pensamiento preocupante, aumenta la ansiedad o la angustia, y el individuo siente la necesidad de repetir el comportamiento del TOC para experimentar el mismo alivio. Sin embargo, esto no proporciona una solución a largo plazo y el ciclo se repite.

La mayoría de las personas sentirán cierto grado de ansiedad e incomodidad cuando anticipen una experiencia dolorosa, como recibir una inyección, o cuando se enfrenten a un peligro potencial, como enfrentarse a un perro enojado que ladra. Sin embargo, las personas con una fobia específica han desarrollado un miedo extremo a un objeto, actividad o situación en particular que no guarda proporción con el nivel real de amenaza que representa. Las personas con fobia específica evitarán activamente el objeto o las situaciones temidas y podrían experimentar un alto nivel de ansiedad si se encuentran de cara al peligro. Las fobias comunes incluyen: fobias relacionadas con animales (p. ej., serpientes, arañas, perros) fobias relacionadas con el entorno natural (p. ej., tormentas, agua) fobias a sangre, inyecciones y lesiones (p. ej., agujas, procedimientos médicos) fobias situacionales (p. ej., ascensores, aviones, túneles ). Las fobias específicas generalmente se desarrollan durante la infancia y tienen el doble de probabilidades de ser diagnosticadas en mujeres que en hombres. Más del 75 por ciento de las personas con una fobia específica experimentan múltiples fobias a lo largo de su vida.

Las discusiones y desacuerdos ocurren dentro de todas las relaciones cercanas y son una parte normal de lidiar con las diferencias en ideas, creencias y perspectivas. Sin embargo, el estrés y el conflicto crónico en las relaciones es un problema grave. Se ha relacionado con una peor salud mental y física y puede afectar otras áreas de la vida, como las relaciones con familiares y amigos, y compañeros de trabajo. Los niños también sufren cuando se exponen a altos niveles de conflicto en el hogar y tienen un mayor riesgo de ansiedad, depresión, problemas de conducta y peor salud. Aprender formas efectivas y respetuosas de comunicar las diferencias es un paso importante en la construcción de una relación sana y satisfactoria, y que puede beneficiar nuestro bienestar general y el de quienes nos rodean.